#1, Nacimiento

Acrílico sobre madera
53 x 125 cm
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El primer molino me lo encontré de Camino
a Santiago, haciendo de peregrino y descubriendo
la vida a otro tempo.
Un molino callado y observador de caminantes y
decidido a seducir con sus colores vivos y contrastados.

Se lo quedó Laida, gràcies.

#2, Liberación

Acrílico sobre madera
150 x 60 cm
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El segundo está en la carretera de la Arrabassada,
de Sant Cugat a Barcelona,
medio escondido en un lugar solitario y distante.
En este caso después de olvidarlo durante unos meses,
encontré el modo de expresión pintando con los
dedos sin preocuparme demasiado del resultado
y liberándome de los pinceles.

Regalado a Picco et Miju.

#3, Barcelona

Acrílico sobre madera
y baldosa BCN
61,5 x 121 cm
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El tercer molino surgió un día que me
dirigía al cine Verdi de Barcelona al encontrarme
una baldosa urbana original de la ciudad,
una piedra pesada que encontró lugar justo
en medio de esta pintura, un molino de viento holandés.

"Busco, más no se que hallar
una puerta que encontrar
es el viento quien me orienta
trae el rumor de ese destino
y en la calma que me deja
ese viento que ya cesa,
dónde está mi buen camino"

Se lo quedó Laura M., moltes gràcies kuk.

#3, detalle

#4, Agitación

Acrílico sobre madera,
hilos y tubo de pintura
121, x 126,5 cm
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El cuarto nació de la muerte de un amigo,
por el cual me marché a Formentera para
desconectar, y donde encontré este gran molino
de madera. Hilos i parte de un tubo de pintura
plasman este agitado pensamiento.


Esta pintura está sometida a un itinerArt,
va de casa en casa gratuitamente...

#4, detalle

#5, Sexo

Acrílico sobre madera y maniquí
69 x 123cm
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En el quinto acoplé medio maniquí femenino,
y está representado el molino de Can Massana,
aunque ha quedado mucho más sensual en esta representación.
Los colores hipnóticos y contrastados no nos dejan
a veces ver los matices de la vida y escojemos
erróneamente entre uno de los dos extremos.

Propiedad del autor, osea yo.

#5, detalle

#6, Vejez

Acrílico sobre madera,
esponjas e hilo de cobre.
60,5 x 100,5 cm
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El molino de Valldoreix,
un molino anclado al lado de la riera, roto,
sin ninguna posibilidad ya de girar porque
no tiene aspas que lo reorienten.
El paso del tiempo es uno de los motivos
de fuerza que puede llegar a bloquear y oxidarnos.
Se intuye el final de un camino de ideas y deseos,
con los colores ocres del final del día.

Regalo familiar.

#7, detalle

#7, El Final

Acrílico sobre madera, cuerdas y pincel
67 x 244,5 cm
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El último, el más grande de los molinos,
abstracción de una fijación,
una pintura nacida directamente del alma,
sin preparación previa, sin censura mental,
proyecto la fuga y atravieso la última pala
para liberarme de esta interesante y agitada historia,
para acabar colgando el pincel en esta apasionada pintura...

Se lo quedo Inma B., merci


ivanòvitx